La ubicación de este hotel es excelente si buscas paz y tranquilidad. Es un pueblito pequeño ubicado entre montañas, ideal para desconectar. Además, está relativamente cerca de muchos lugares encantadores de la zona, lo que facilita las visitas. Las habitaciones son amplias y cómodas, con camas enormes y confortables. También se destaca la limpieza impecable en todo el hotel. Los desayunos son muy buenos y ofrecen productos de primera calidad.

El acceso al hotel puede ser complicado, sobre todo si no estás acostumbrado a manejar por caminos estrechos o sin mucha señalización.

Me encantó el ambiente tranquilo y pacífico de este hotel rural. Las instalaciones estaban muy bien cuidadas y hermosamente decoradas, lo que creaba un ambiente acogedor y romántico. Además, la habitación en la que nos alojamos era muy amplia y cómoda, con unas vistas impresionantes del entorno natural. Uno de los aspectos que más me gustó fue el desayuno, que estaba lleno de deliciosos productos caseros de la zona. ¡Fue una forma perfecta de comenzar el día!

Hubo un par de cosas que no me gustaron tanto. Durante nuestra estancia, nos sentimos un poco incómodos debido a un desagradable incidente con el personal del hotel, tanto en nuestra llegada como en nuestra salida.